La eliminación de tres Ministerios y sobre todo de esas dos embajadas en concreto, con el fin de ahorrar recursos que luego serán invertidos en la salud, parece que tiene sentido y seguramente muchos sectores estarán contentos, pero que dentro de esos tres Ministerios, esté el Ministerio de Culturas, parece un contrasentido y no respeta la lucha de miles de ciudadanos ligados a las artes y las culturas, que hicieron lo imposible porque el país tenga un Ministerio que promociones el desarrollo de las culturas de nuestro país. Gran parte de este problema parece que se concentra en la ahora ex Ministra de Culturas, que en este periodo no supo gestionar de buena manera ese ministerio y su inoperancia se trasladó mecánicamente a la inoperancia del Ministerio y tal vez debamos admitir que hasta hoy muy pocos ministros han destacado en esta cartera de Estado tan importante, para un país tan rico en saberes, culturas y tradiciones, pero que sin embargo, no ha desarrollado formas de transmisión de esos saberes, ni ha desarrollado identidades, ni amalgamas de nacionalidad, etc. Tal vez el desprecio por esa cartera de Estado, esta desde el momento mismo, en que se cree, que el solo hecho de pertenecer a un determinado colectivo étnico o social, es sinónimo de conocimiento de la importancia de ese Ministerio y en los hechos se está demostrando que una cosa es ser y otra muy distinta es saber. Atte. Gustavo Blacutt Alcalá.
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