Buscar este blog en facebook

sábado, 23 de septiembre de 2023

Análisis de coyuntura: la contradicción principal y el sujeto político

 


La irrupción de las plataformas ciudadanas en defensa de la democracia y los resultados del referéndum del 21 de febrero de 2016, marco durante 5 años la actividad política en nuestro país, el gobierno de Evo Morales no supo, ni pudo enfrentar a estos movimientos, que dominaron el escenario político mediante una constante movilización política, tanto en las calles como en las redes sociales. La aparición y autodefinición de Carlos Mesa como candidato de las plataformas ciudadanas agrupó a muchas de ellas para entrar en una vorágine electoral que terminó desmovilizándolas. En la actualidad las plataformas han dejado de ser un referente político, el respeto a la democracia y la defensa de los resultados del referendo del 21 de febrero de 2016, si bien es cierto siguen vigentes, no son suficientes para movilizar ni unificar a la oposición democrática.

El tribunal electoral en cumplimiento de algunas normas de la ley de partidos políticos a abierto el calendario electoral, para que los partidos políticos adecuen sus estatutos, dirigencias y militancia, lo que está provocando una división en todos los partidos, sin embargo, en el partido de gobierno la pelea por quien controla el aparato partidario que en última instancia tendrá el control de las candidaturas se ha tornado agresiva y violenta. Tres cuartos de lo mismo ocurre en los partidos de oposición, que no salen a la luz pública porque los medios de comunicación o las redes sociales no ponen el foco en estas organizaciones. Muchos de ellos son partidos que tienen reconocimiento legal para participar en las elecciones nacionales y subnacionales, pero no tienen estructuras partidarias, ni militancia política y sus siglas están al servicio del mejor postor o de algún candidato que ofrece las mejores garantías de sobrevivencia partidaria a cambio de espacios en las franjas de seguridad para las candidaturas de los dueños de las siglas, estas formas de participación política les ha valido el calificativo de partidos “vientres de alquiler”.

Muchos dirigentes de partidos, agrupaciones y ciudadanos en general, manifiestan el deseo de una unidad de la oposición que garantice el triunfo de un frente amplio democrático. Quienes insisten en la construcción de un frente amplio de unidad, caracterizan el momento político como dicotómico en el que la contradicción principal sería democracia vs dictadura, sin ninguna connotación ideológica de clase y por esta razón consideran que el sujeto político del cambio es el ciudadano en abstracto sin contenido de clase a la que representa. Con esta caracterización de la contradicción y del sujeto político del cambio, están convencidos que para derrotar al MAS es imprescindible la unidad de todos los demócratas sean de izquierda, de centro o de derecha. Esta identificación de la contradicción principal, no es nueva, sin embargo, este ideal de unidad nunca se ha dado, todo intento ha sido dañado por posturas individualistas, por acciones del propio gobierno que ha creado partidos y liderazgos funcionales a sus intereses, sin embargo, la causa principal es no haber tenido un proyecto común ideológicamente coherente, que no solamente derrote electoralmente al MAS sino todo lo que representa.

Al margen de las consideraciones anteriores, consideramos que en la actualidad la contradicción principal tiene una clara definición ideológica, es una contradicción entre dictadura indigenista socialista vs democracia liberal, por tanto, es una contradicción con contenido de clase, lo que reconfigura el escenario de la disputa electoral. De esta manera, lo que está en disputa es un proyecto de libertades individuales frente a un proyecto de libertades colectivas, se trata de una lucha de todos los que quieren un país de iguales ante la ley frente a los que quieren un país de iguales mediante la ley.

La contradicción “dictadura indigenista socialismo vs democracia liberal” tienen como sujeto político del cambio, un sujeto con  definición de clase, la lucha es entre la hegemonía del “bloque social popular” conformada por dirigentes sindicales, dirigentes indígenas, dirigentes interculturales, dirigentes socialistas y comunistas, frente a la contrahegemonía del “bloque democrático de la libertad” conformada por clases medias, pequeños emprendedores, empresarios, campesinos usufructuarios, artesanos, trabajadores por cuenta propia, etc., que apuestan por el Estado democrático de derecho y aspiran a la libertad de mercado sin la interferencia del Estado.

(Este es el sexto artículo de un pequeño ciclo de análisis de la coyuntura política)


Análisis de coyuntura: el gobierno de Luis Arce

 


El retorno del MAS al gobierno, a la cabeza de Luis Arce Catacora, mostró que la fuerza hegemónica del MAS sigue vigente, su victoria en las urnas significó una profunda derrota política y simbólica para todos los demócratas del país y un realineamiento de las fuerzas identitarias y de clases medias al interior del propio MAS.

 

Ante los graves errores políticos del gobierno de Jeanine Añez y la paralización económica provocada por la pandemia, la candidatura de Luis Arce parecía ser la salvación, por el prestigio que como ministro de economía alcanzó durante el gobierno de Evo Morales, empero, es importante recordar que como ministro de economía, encontró un país saneado en sus finanzas, con la deuda externa condonada, reservas de gas certificadas, contratos de exportación de gas asegurados, precios del gas extraordinariamente altos, estabilidad económica consolidada, todos estos indicadores heredados de los gobiernos de la democracia pactada, hicieron posible mantener la estabilidad económica y un crecimiento sostenido fruto de los excelentes precios de exportación del gas, pero también de otras materias primas, como el zinc, oro, plata, antimonio, cobre, plomo, cuyos precios subieron en la misma o mayor medida que el gas, por otra parte el sector agroindustrial, especialmente en Santa Cruz, tuvo un repunte inusitado y se convirtió en el sector más dinámico de la economía boliviana, lo que también favoreció enormemente la estabilidad y crecimiento de la economía boliviana.

 

La caída de los precios de exportación del gas del 2014 - 2015, provocó una crisis fiscal permanente, absorbida por bonos soberanos, préstamos del Banco Central y de otros organismos internacionales, cuya consecuencia inmediata fue la pérdida de las reservas internacionales, que luego, ya en el gobierno de Luis Arce se fue profundizando y sobre todo emergiendo a la luz pública por la escases de dólares en el mercado cambiario. Esta crisis que empezó en el gobierno de Evo Morales, fue atribuida al gobierno de Jeanine Añez, a la pandemia y últimamente a la guerra en Ucrania.

 

En el primer año de gobierno de Arce, se intentó imponer el relato del “Golpe de Estado” mientras tanto en el ámbito económico el déficit fiscal fue carcomiento las cada vez más las escasas reservas internacionales, ante este panorama incierto el gobierno mantiene el dólar con un tipo de cambio fijo artificial, que perjudica las exportaciones, beneficia las importaciones y el contrabando y está provocando el nacimiento de un mercado paralelo de dólares. Una las principales interpelaciones a Luis Arce, como ministro de economía y hoy como jefe de Estado, es el modelo económico que durante 18 años del gobierno del MAS, se dedicó a distribuir los excedentes, renacionalizar empresas “llamadas  estratégicas” y crear empresas deficitarias, que consumieron gran parte de los aproximadamente 120.000 millones de dólares que ingresaron en nuestra economía, fruto de las exportaciones de gas, minerales y de las remesas, algo sin precedentes en toda la historia del país, abultando la burocracia del gobierno, que de 40.000 funcionarios públicos en 2005, pasó a tener aproximadamente 600.000 en la actualidad.

 

La postergación de la realización del Censo de población y vivienda para el 2024, indujo a la dirigencia cívica de Santa Cruz, enfrascarse en un paro cívico de 36 días, que no tuvo el acompañamiento de otras entidades cívicas, ni políticas en el resto del país. La radicalización del conflicto dejo poco margen a la negociación de sus dirigentes que no pudieron o no supieron resolver el problema y al final el gobierno impuso su agenda para el 2024. Con las fuerzas políticas y sociales de la oposición destrozadas, el gobierno encontró la oportunidad para apresar al gobernador Luis Fernando Camacho, que no pudo articular ningún grado de resistencia a la medida judicial. Ambos hechos tuvieron una fuerte repercusión en la correlación de fuerzas políticas tanto en la oposición como en el partido de gobierno, por un lado, en Santa Cruz el gobierno a pesar de imponer su agenda, en términos políticos perdía terreno y en la oposición existe una reconfiguración de sus fuerzas, sin embargo, en contrapartida el gobierno retoma la confianza y lealtades de varios sectores del El Alto, que ven en el apresamiento de Camacho un acto de justicia.

 

En la actualidad el MAS muestra una división entre los seguidores de Luis Arce y los seguidores de Evo Morales, sin embargo, existe una sospecha de que esta división es parte de una estrategia política del MAS, ya que en los temas fundamentales, como la estabilidad del gobierno o la aprobación de leyes muestra una unidad monolítica que no concuerda con el grado de virulencia y agresividad con la que los seguidores de Morales denuncian a su propio gobierno de los errores gubernamentales y la complicidad en hechos delincuenciales en los medios de comunicación y las redes sociales. Esta división real o ficticia, al parecer solamente podrá ser despejada en la forma en cómo el MAS llegue a las primarias internas del 2024.

 

(Este es el quinto artículo de un pequeño ciclo de análisis de la coyuntura política)