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viernes, 5 de abril de 2024

El histórico rol de las plataformas del 21F

 


Ha transcurrido 8 años desde el referéndum del 21 de febrero de 2016 (21F) en el que el pueblo boliviano rechazó la modificación del artículo 168 de la Constitución Política del Estado (CPE) que permite la reelección del presidente y del vicepresidente por una sola vez de manera continua, cerrando el paso a una repostulación de Evo Morales y Álvaro García Linera en las elecciones del 2019.

 

La campaña por el rechazo a la modificación del artículo, 168 de CPE estuvo liderado por unas incipientes plataformas ciudadanas que se agruparon de manera espontánea y poco organizada, pero cuyo relato político caló en la mayoría del pueblo boliviano.

Posteriormente en el 2017, las plataformas poco a poco fueron organizándose de mejor manera, en principio para consolidar los resultados del referéndum y posteriormente y con mayor fuerza a partir de la sentencia constitucional 0084/2017 de 28 de noviembre, en el que el tribunal constitucional declaraba el derecho humano de Evo Morales y Álvaro García Linera a la reelección indefinida en contra de la voluntad de millones de bolivianos que habían rechazo la posibilidad de dicha reelección mediante referéndum.

Es a partir de esta sentencia que el movimiento ciudadano organizado en las plataformas ciudadanas se organiza en cada ciudad de manera independiente adquiriendo en cada ciudad una fuerza política de primer orden, que pone de cabeza al gobierno que  por primera vez se siente impotente de enfrentar a este movimiento de mil cabezas, que sin liderazgos visibles un día marcha en el prado de La Paz, media hora después, marcha en la Plaza 10 de noviembre de Potosí, al día siguiente hace cabildo en Santa Cruz y así sucesivamente en todas partes del país, entre una medida y otra no hay ninguna coordinación o pacto, todo surgió y fluyó de acuerdo a la organización de las plataformas en cada departamento, pero con una única y clara consigna de defensa de los resultados del referéndum del 21F y la democracia.

La fuerza moral, simbólica y política de las plataformas del 21F, se manifestó en los cabildos multitudinarios que convocaron en días previos a las elecciones del 2019, la convocatoria ciudadana era de tal magnitud que muchos consideraron que las plataformas ciudadanas eran los nuevos sujetos políticos del cambio, capaces de liderar la revolución ciudadana que derrotaría al MAS en las elecciones del 2019, sin embargo, a pesar de esa fuerza moral, simbólica y política de las plataformas ciudadanas, al interior de las mismas, anidaba una enorme debilidad política, las plataformas en su gran mayoría confundían a los políticos, con la política y despreciaban la actividad política tanto o más que al propio Evo Morales.

La mayoría de las plataformas no quisieron generar un liderazgo político unificador que recupere toda la fuerza  moral, política y simbólica para organizar un partido político que enfrente al masismo y a Evo Morales, de ahí que cuando Carlos Mesa se auto proclamó como representante de las plataformas ciudadanas, la división entre quienes aceptaron su liderazgo y quienes la rechazaron fue de tal calado que apenas unas cuantas plataformas (las más politizadas) decidieron firmar un acuerdo con Mesa para organizar un frente electoral para participar en las elecciones del 2019.

Toda la fuerza y contundencia de las plataformas ciudadanas salió a la luz cuando se produjo el monumental fraude electoral del Evo Morales, las plataformas, junto a todo al pueblo boliviano se volcaron a las calles para organizar el bloqueo de calles, plazas y avenidas en todas las ciudades del país y las pititas se transformaron en las protagonistas de la caída y huida de Morales y García linera hacia el exilio y la convocatoria a unas nuevas elecciones que pondría fin al autoritarismo del MAS, abriendo la posibilidad del retorno a una democracia plena.

Como consecuencia de la huida de Evo Morales y la renuncia planificada de todas las autoridades que se encontraban en la línea de sucesión presidencial, provocaron un vacío de poder  los políticos del momento decidieron y organizaron la transición del poder en favor de Jeanine Añes, quien olvidó que el gobierno que presidía era un gobierno de transición cuyo único fin era convocar y garantizar la realización de nuevas elecciones limpias y transparentes, sin embargo, en un giro inesperado Añez fue proclamada como candidata para terciar en las elecciones, lo que distorsionó la naturaleza de su gobierno, traicionó el mandato popular y asfalto el camino de regreso del MAS al poder a la cabeza de Luis Arce.

Las plataformas ciudadanas, cumplieron un rol histórico en la defensa de los resultados del 21F y en defensa de la democracia, sin embargo, hoy nuevos retos necesitan del reagrupamiento y reorganización de las plataformas ciudadanas, están pendientes los juicios penales en contra de quienes burlaron los resultados del referéndum, es imprescindible la consolidación jurisprudencial de la opinión consultiva de la Corte Interamericana de Derechos Humanos que niega que la reelección indefinida sea un derecho humanos,  la auto prórroga de los magistrados, el manejo irresponsable de la economía y otros temas necesitan una respuesta organizada desde las plataformas ciudadanas, se necesita su fuerza moral, política y simbólica, para que como en otros momentos de nuestra historia se recupere la democracia en nuestro país.


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