Buscar este blog en facebook

sábado, 30 de marzo de 2024

¿Por qué ignoramos a los indígenas?

 



En Bolivia, hay una realidad ignorada y es la realidad de los indígenas. La llegada de los españoles cambió radicalmente el ordenamiento jurídico político y social de lo que era el imperio incaico, la conquista española estuvo marcada por guerras, traiciones y contubernios de toda naturaleza entre los españoles y las autoridades y caudillos originarios, cuyo resultado fue el sometimiento de los indígenas por parte de los españoles.

Sin embargo, las relaciones de odios, traiciones, acuerdos, contubernios entre los indígenas y las elites españolas, luego criollas, luego señoriales y hoy mestizas continuó a lo largo de estos más de quinientos años de la historia de lo que hoy es Bolivia.

Un dato que resalta en todos estos encuentros o desencuentros es que todos los momentos de definición o momentos constitutivos (Zabaleta) siempre estuvieron marcados por el lugar que ocuparon los indígenas y el lugar que ocuparon las elites criollas, señoriales y mestizas, de esta manera, quienes lucharon en la guerra de la independencia de nuestro país como soldados rasos, fueron en su gran mayoría (por no decir en su totalidad) indígenas, sin embargo, quienes se hicieron del poder, fueron las elites criollas y los indígenas quedaron relegados e invisibilizados luego de la victoria.

Quienes lucharon en la guerra del pacífico, en la guerra civil, en la guerra del chaco como soldados rasos y la sub oficialidad fueron en su gran mayoría (por no decir en su totalidad) indígenas, sin embargo, quienes se quedaron en el poder con todos los derechos y privilegios de la victoria fueron las elites señoriales republicanas y los indígenas quedaron relegados e invisibilizados luego de las victorias.

La revolución del 52 rompe un poco dicha lógica y constituye el mayor intento de inclusión jurídica, política y social de los indígenas a la estatalidad republicana, en el ámbito jurídico la igualdad ante la ley y el reconocimiento de su ciudadanía fue su mayor legado, sin embargo, su concepción paternalista, no permitió avanzar en el reconocimiento de muchos derechos en favor de los indígenas y en especial el derecho a la propiedad de sus tierras quedaron limitados a un usufructo improductivo que mantiene en la más extrema pobreza al mayor sector social de nuestra sociedad. La revolución del 52 tuvo la virtud del reconocimiento de la ciudadanía, pero al mismo tiempo transformó al campesino de pongo de hacienda a pongo político, pues sus votos definen los resultados electorales en democracia.

La llegada del MAS al poder, significo la usurpación de la representación indígena en las instituciones de estado, que en su nombre instauró un régimen autoritario ligado a la ideología del socialismo del siglo XXI, que se jactaba de la estabilidad económica y la inclusión política como logro de su gobierno. Hoy la estabilidad económica y el blindaje de la economía hace aguas y la inclusión política es el resultado del reconocimiento de la ciudadanía en el 52 y de la ley de participación popular.

Lo único que queda del proceso de cambio es la usurpación de la representación indígena, por parte de personajes disfrazados de indígenas que desconectados de la realidad agraria nunca lucharon por las necesidades de los indígenas, ni cuestionaron la calidad usufructuarios de la tierra,  por lo que nunca demandaron la propiedad individual del solar campesino, al contrario son los más firmes impulsores de la propiedad colectiva de la tierra, que mantiene a los indígenas sometidos a los caprichos y voluntades de caciques, sindicalistas, jilakatas y poderosos de las comunidades indígenas, que en contubernio con los dirigentes masistas, conservan la calidad de pongos políticos al igual que el MNR, con la diferencia de que además de su instrumentalización en las elecciones, les han asignado el rol de bloqueadores, marchantes y chicoteadores de quien contradiga los postulados masistas.

A lo largo de nuestra historia la realidad de los indígenas ha sido abordado desde una visión racial, étnica o folclórica, que ha dividido a los bolivianos, entre aquellos que los desprecian y aquellos que los glorifican, esta polarización de sentimientos hacia los indígenas se debe a que ambos abordajes están llenos de prejuicios, recelos y desconfianzas, entonces para evitar ahondar este problema muchos o la gran mayoría ha optado por ignorar el tema y concentrar toda discusión en temas macro económicos, macro sociales o macro políticos, que invisibilicen la presencia indígena en cada tema.

Fernando Molina señala que uno de los mayores actos de racismo es la invisibilización de los indígenas, por ellos es fácil concluir que mientras ignoremos su presencia, o la veamos desde una visión racial, llenos de prejuicios y desconfianzas, seguirán siendo los “invisibles y excluidos, pero siempre presentes” como señala Iván Velásquez y nunca podremos construir la nación de los ciudadanos bolivianos.


No hay comentarios:

Publicar un comentario