Otra vez la cantaleta de si Evo está o no está inhabilitado

 


El informe 121/24 de la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), ha resucitado el eterno debate de si Evo Morales puede o no postularse para las elecciones de 2025. ¡Qué sorpresa! Quién hubiera imaginado que esto volvería a ser un tema de conversación. Comencemos con lo obvio: la CIDH, en su infinita sabiduría, ha declarado inadmisibles las peticiones de Waldo Albarracín y compañía, quienes, en un acto de fe jurídica, esperaban que la CIDH responsabilizara al Estado boliviano por esa pequeña molestia llamada Sentencia Constitucional Plurinacional 0084 /2017. ¿Recuerdan?, esa sentencia que básicamente ignoró el referendo del 21 de febrero de 2016, donde el pueblo boliviano dijo “No” a la reelección de Evo. El informe 121/24 de la CIDH, para aquellos que aún no lo hayan memorizado, básicamente le dijo a Waldo Albarracín y compañía que sus peticiones no tenían ni pies ni cabeza.

Pero no nos quedamos ahí. Resulta que algunos diputados, senadores y analistas ya sacaron sus conclusiones y, con una velocidad digna de un rayo, afirmaron que este informe inhabilita definitivamente a Evo Morales para ser candidato en 2025. Porque claro, según ellos, la CIDH ha dejado muy clarito que la Sentencia Constitucional 1010/2023-S4, anuló la famosa sentencia 0084/2017, y con eso, adiós a la reelección indefinida. ¡Qué interesante! Como si todo fuera tan fácil y directo en la política boliviana, estos pitonisos jurídicos ya saben el resultado de las decisiones de los futuros Magistrados del Tribunal Constitucional Plurinacional (TCP), que serán en última instancia los que resolverán el conflicto.

Pero aquí viene lo mejor: la interpretación que hace el informe de la CIDH es completamente errada. ¿Por qué? Pues porque en Bolivia, una sentencia constitucional solo puede quedar sin efecto si hay otra sentencia que, de manera explícita, la anule. Lamentablemente, las cosas no son tan fáciles. Verán, en Bolivia, una sentencia constitucional no se anula así porque sí. No basta con que alguien escriba un informe desde Washington, y como por arte de magia diga ¡Evo estas inhabilitado! y listo asunto arreglado, ¡No, así no es señores!, necesitamos otra sentencia constitucional que específicamente diga: "Lo que dijimos antes ya no vale". Pero parece que esa sutileza se les escapa a muchos. Así, por más que quiera la CIDH no tiene el poder mágico de borrar sentencias a su gusto y sabor

Y ahora el plato fuerte: sobre la reelección indefinida, continua o discontinua, lo que en realidad tenemos son dos preciosas líneas jurisprudenciales, completamente opuestas entre sí. Por un lado, la brillante Sentencia 0084/2017, que decidió que quedarse en el poder hasta que los dinosaurios vuelvan a la Tierra es un derecho humano, (porque ¿quién no sueña con gobernar para siempre?), y por otro lado, la reciente Sentencia 1010/2023, que tuvo la audacia de recordar que la reelección solo puede ocurrir una vez, sea continua o discontinua, y que el mandato no puede extenderse más allá de 10 años ¿Qué hacer ante tal dilema? Pues esperar.

Pero lo interesante y emocionante es que no tendremos que esperar mucho. En cuanto Evo Morales presente su candidatura ante el Tribunal Electoral (porque sí, lo hará), este tribunal tendrá que decidir si lo habilita o no. Y cuando eso ocurra, sea cual sea la decisión, alguien va a impugnarla. Porque, claro, en Bolivia no puede faltar la apelación de rigor, porque, ya saben, no sería Bolivia sin un poquito de confusión legal de por medio, pero tranquilos, que pase lo que pase, habrá todavía mucha tela que cortar, lo que nos asegura uno y otro round jurídico – político, y entonces, con una inevitabilidad casi cósmica, el asunto llegará al TCP que tendrá la última palabra ¿Evo habilitado o inhabilitado para un cuarto mandato? es en ese momento y no en otro, que el TCP tendrá que avocar, unificar estas dos interpretaciones contradictorias. ¿Cuál el resultado? solo Dios y el TCP lo sabe.

Así que, queridos espectadores, agárrense fuerte. Este show no ha terminado. Por angas o por mangas, seguiremos hablando de lo mismo hasta que Morales se convenza que está in - habilitado, o sea, nunca.


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