Evo Morales, el gran paladín de los pueblos indígenas, en su primer discurso como presidente nos conminaba a sentirnos orgullosos de lo que él llamaba la "reserva moral de la humanidad". ¡Qué maravilla! Uno casi podía oler el incienso de esa moralidad ancestral que supuestamente nos iba a salvar del abismo. Pero claro, con el tiempo descubrimos que el discurso de la "reserva moral" había quedado brutalmente aplastado por la mayor corrupción, inmoralidad y depravación de nuestra historia. Rubén Atahuichi ya había lanzado un dardo certero contra este mito de la "reserva moral indígena", cuando señalaba que dicha reserva “ sufre graves fisuras en el mismo seno de las organizaciones indígenas originarias campesinas, a juzgar por el último caso de corrupción en el Fondo Indígena denunciado por la Contraloría General del Estado ” un pozo sin fondo de corrupción que dejó a los supuestos guardianes de la moralidad indígena empapados de vergüenza. En el análisi...