El proceso de
elecciones judiciales para renovar a los magistrados del órgano judicial y del
tribunal constitucional está siendo objeto de una serie de artimañas y
subterfugios que ha paralizado desde hace más de una año la renovación de
dichos magistrados, las labores de la asamblea legislativa han sido
interrumpidas, atacadas y suspendidas por acciones desde dentro y fuera de la
propia asamblea con el único fin de mantener inconstitucionalmente a un grupo
de magistrados auto prorrogados que ha hecho de los recursos, acciones,
consultas, amparos, medidas cautelares, sentencias y declaraciones constitucionales
un arsenal de destrucción de la institucionalidad del estado y de la
democracia.
La
asamblea legislativa no ha sabido responder a este ataque con las armas que la
constitución y las leyes le otorgan y ha asumido los embates de manera
impotente y poco proactiva y creativa, el diálogo y negociación ha estado
ausente en la mayoría de los casos por miramientos, prejuicios ideológicos e
intereses de corto plazo que ha devenido en su paralización casi completa, en
mas de medio año de gestión parlamentaria no se ha aprobado leyes de ninguna
naturaleza, lo único que se escucha o se ve de las sesiones parlamentarias son
bochornosas escenas de pugilato, escupitajos y manotazos de gente desaforada e
iracunda, que la desprestigia y debilita, a lo que lamentablemente hay que
sumar hoy una entrega de celulares que no justifica.
El
nuevo embate de los órganos judiciales del Beni, que paraliza la toma de
exámenes a los candidatos y la velocidad con la que se admite el recurso y se
imponen las medidas cautelares es digna de la fórmula uno, ya que el recurso se
presento a las 4:30 y la resolución ya estaba para su notificación a las 18:00,
lo que muestra fehacientemente que cuando se quiere obstaculizar el trabajo de
la asamblea se lo hace sin el menor rubor, ni vergüenza.
Estas
modificaciones al procedimiento y leyes electorales se tendrían que realizar,
también en perspectiva de las elecciones nacionales del 2025, para que nadie
este tentado a utilizar a los auto prorrogados, ni a ningún juez, fiscal o
tribunal con demandas, recursos o acciones constitucionales, legales o de
cualquier otro tipo, que impida el normal desenvolvimiento de las elecciones
generales.
Los
temas que me permito sugerir son, por ejemplo, plazos procesales, efecto de las
medidas cautelares, plazos de impugnación, silencios administrativos,
competencias, jurisdicciones, etc., que están relacionados a temas
estrictamente procedimentales que no afecten derechos ni garantías
constitucionales, pero que al mismo tiempo no permitan que nunca más se
instrumentalice a los tribunales constitucionales para paralizar y en su caso
anular la labor no solamente de la asamblea legislativa sino también del órgano
electoral.
Dada
esta dura experiencia de las elecciones judiciales, los asambleístas tendrán
que aprovechar ese conjunto de modificaciones legislativas para impedir que
nadie se atreva instrumentalizar medidas cautelares, declaraciones o
sentencias, para inhabilitar o habilitar inconstitucional o ilegalmente
candidatos, paralizar convocatorias, imponer cuotas, requisitos, etc., que
desnaturalicen e inviabilicen las elecciones generales, la conducta del
gobierno ha demostrado fehacientemente que esta dispuesto a todo con tal de
imponer sus caprichos y al parecer, esta vez el pueblo boliviano no podrá
contar ni con las fuerzas policiales, ni con las fuerzas armadas, para hacer
respetar la institucionalidad democrática.
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