El nuevo reglamento aprobado para la preselección de
candidatos a magistrados de los tribunales de justicia, establece la
conformación de “equipos de apoyo y asesoramiento
técnico” (EAAT) que tendrán la función de veedores del proceso de calificación
de méritos de los postulantes que deben realizar las comisiones mixtas de
constitución y de justicia de la Asamblea Legislativa, dichos EAAT estarán
integrados por representantes de varias instituciones, tales como los colegios de
abogados, auditores, contadores, organizaciones indígenas, COB, CSUTCB,
CONAMAQ, Asociación Nacional de Periodistas y otras.
La creación de estos EAAT son una versión, con otro nombre,
de las comisiones de notables, de preselección Judicial, de postulaciones,
etc., que Comunidad Ciudadana (CC), los Juristas Independientes (JI) y otros han
propuesto con la diferencia que las comisiones no solamente harían la
calificación de méritos, sino que preseleccionarían a los candidatos para que
la Asamblea Legislativa los elija por 2/3 a los magistrados, eliminándose la
elección por voto popular, retornando al antiguo cuoteo político de la época de
la democracia pactada.
Comunidad Ciudadana, con razones sobradas, ha rechazado que
los EAAT no puedan realizar un informe independiente y su rol se limite a
observar el proceso, sin ningún rol relevante.
Como es de conocimiento público a raíz de un recurso de amparo
presentado en Beni por un postulante a magistrado, la Asamblea Legislativa a
paralizado el proceso y ha señalado que hará los ajustes necesarios al
reglamento.
Ojalá que el nuevo reglamento elimine las trabas e
inconsistencias que fueron denunciadas por CC y otros analistas que mencionamos
en un anterior artículo y que se aproveche la oportunidad de delegar la
calificación de méritos a esas comisiones o EAAT y demostrar que independientemente
de quien realice las calificaciones los resultados serán exactamente los mismos,
porque la calificación de méritos consiste en sumar los méritos académicos de
títulos profesionales, maestrías o doctorados si se ha escrito libros,
artículos, ensayos, etc., asimismo si se es indígena o se es mujer, etc., al
final se suma el puntaje asignado en el reglamento. Lo mismo sucede con los
exámenes, la calificación es de acuerdo a la batería de preguntas y respuestas
previamente acordadas y que cada respuesta tienen un puntaje que luego es
sumado para obtener el resultado, esta es una calificación objetiva en la que muy
difícilmente se puede manipular.
Dónde sí se pueden manipular y de hecho así se hace es en la
etapa de las entrevistas, que es la parte subjetiva de la calificación de
méritos, en el que los entrevistadores pueden calificar con puntajes que van
desde los 0 puntos hasta 15 puntos del puntaje asignado a la entrevista y en
una disputa en la que los candidatos más calificados en términos académicos y
personales son muy parejos los puntajes de la entrevista marcan la diferencia
entre si alguien clasifica o no a la siguiente etapa.
Delegar a una comisión o a un EAAT, sería un ensayo
interesante para que la población se dé cuenta que dichas comisiones no tienen
la más mínima influencia en los resultados, ya que lamentablemente, sea por una
u otra fórmula, al final quien elegirá la terna de candidatos que pasen a la
elección por voto popular serán los asambleístas del MAS, en acuerdo o
componenda con 12 diputados y 4 senadores de CREEMOS o de CC.
Dada esta realidad, ojalá que CC y CREEMOS impulsen sus
propios candidatos y en la elección por voto popular la población tenga la
opción de elegir entre los candidatos apoyados por el MAS y los candidatos
apoyados por la oposición.
Lo que no podrán estas comisiones de postulaciones, notables
o estos EAAT, es conocer y evaluar si los postulantes son honestos,
insobornables, valientes, sensatos, etc., lamentablemente no existe un
“honestómetro”, “valientómetro” “sensatómetro”. que nos permita medir aspectos
tan subjetivos pero importantísimos en el desempeño transparente y honesto de
la función judicial.
Mientras los políticos, cívicos, sindicalistas, indígenas,
etc., preseleccionen, seleccionen, elijan, nombren, etc., no habrá
independencia del elegido respecto de su elector y en consecuencia no habrá un
cambio en la justicia, por ello necesitamos un nuevo sistema judicial en la que
los jueces, magistrados, fiscales, etc., lleguen a esos cargos por méritos
propios en una carrera judicial institucionalizada.
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